Tuve el inmenso placer de conocer a Berta durante mi estancia en
Honduras. Sus amistades mas allegadas la llamaban con cariño y
respeto "la abuela". Fue una mujer extraordinaria como pocas he
conocido. Su alto sentido del compromiso por los mas desfavorecidos
de su pais, en especial los campesinos e indigenas, tanto hombres
como mujeres, la llevaron a convertirse en una voz profetica que
declaraba lo que otras voces no tenian el valor de decir. Y eso
molestaba mucho.
Una mas que se suma a las tantas lumbreras que engrosan el martirologio latinoamericano, en su lucha por la justicia y la paz....
El Señor otorgue descanso a su alma.
Ricardo González Kindelán
Una mas que se suma a las tantas lumbreras que engrosan el martirologio latinoamericano, en su lucha por la justicia y la paz....
El Señor otorgue descanso a su alma.
Ricardo González Kindelán